Mari Cruz de los Ríos
COLECCIÓN
CIENTO UNA PALABRAS
I - PRONUNCIANDO
No es verdad que las palabras se gasten. Salvo las moribundas como “petimetre” o “sandio”, las que están en activo, las esenciales, se renuevan constantemente. Se levantan cada día dispuestas a organizar el mundo a través del lenguaje y en cada boca que se producen se convierten en únicas. No todas las gargantas son iguales. Tampoco los paladares. Cada labio es un universo y cada ser humano un prodigio irrepetible. Las palabras pasan los días y las noches batallando en las bocas. Urdiendo sin descanso. Inmenso ejército de vírgenes hermosas, guerreras exclusivas e infatigables, tan esenciales y necesarias como el oxígeno.
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