Mari Cruz de los Ríos
COLECCIÓN
CIENTO UNA PALABRAS
XXV- HORROR VACUI
En los atardeceres, si puedes detenerte y el clima lo propicia, observa lo que hacen el Sol y el Viento con las nubes. Contempla en el cielo, sin ir más lejos, la unión de la tierra y el mar. Playas vírgenes junto a dunas esplendorosas. Calas apetecibles, puras, confortables y silenciosas junto a montañas enigmáticas, bosques atrayentes y rocas insólitas. Otro mundo reflejado en absoluta quietud, resplandeciente y desierto en la bóveda celeste, allá arriba, nítido, plácido, cósmico, tan real como el suelo que nos sostiene… Si puedes, disfruta de ese grandioso regalo neandertal, sanador y estimulante. Mejor eso que nada.
Comparte este texto